Algunos podrán pensar que en los tiempos que nos tocan vivir es toda una temeridad. Cierto es que este doble salto mortal venía acompañado de una importante red protectora que me permitía correr este riesgo y sentirme una privilegiada y por tanto decidí que era " ahora o nunca".
No me daba miedo ni la sensación de vacío ni la posibilidad de sentirme inútil en algún momento. Con los años, me había dado cuenta de que la vida profesional no es tan importante como pensamos y que además tiene fecha de caducidad. Y es que cada vez más existe una tendencia a idealizar el éxito , el triunfo, el estatus social y el glamour que pueden dar determinadas profesiones . No somos conscientes de que como dice el refrán "cuanto más alto trepa el mono , más peligro tiene" y que por tanto lo más difícil no es llegar a la cima sino poder mantenerse. Y llegados a este punto también es importante saber bajarse del tren a tiempo y llegar a poner el pie en el suelo en las mejores condiciones.De otra forma si seguimos en el tren pudiera ser que el maquinista se vuelva loco y nos haga descarrilar sin haber llegado a nuestra estación soñada.
Así es que una soleada mañana del pasado mes de octubre dejé de oir la molesta música de mi despertador a las 6:45 de la mañana... Sin embargo decidí que debía aprovechar mi tiempo porque sin darme cuenta había llegado a cumplir 50 años y según las estadísticas eso ya es el 60% de mi esperanza de vida.
Me tomé el primer café de la mañana, miré a mi perro "Larry" y como si pudiera entenderme (aunque estoy casi convencida de que sí puede ) salimos a la calle para ver cómo vive la gente...
Cuando escribes muestras un mundo lleno de vida, Nos muestras una visión nueva de las cosas que ocurren, Estoy deseando que nos cuentas cosas nuevas,
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