Siempre resulta agradable visitar Barcelona aunque sólo sea por un día.
Pasear por las Ramblas, su barrio Gótico y "empaparse" de modernismo en el paseo de Gracia y la Sagrada Familia hace que perdamos la noción del tiempo.
Es una ciudad abierta al mar y al mundo, porque sólo basta un breve viaje en metro para ser consciente de la amalgama de nacionalidades y culturas que conviven en ella y que también están de paso en la versión "turistas".
No es una gran urbe pero está hecha para ser vivida y paseada y por supuesto no desaprovechamos la ocasión.
En 24 horas exploramos la ciudad degustamos "pan tumaca y escalibada" y hasta nos hicimos la foto en la "Fuente de Canaletas" por aquello de la rivalidad futbolística "Madrid -Barca".
Al día siguiente nos dirigimos a la Terminal Marítima , importante fuente de ingresos de la ciudad . Allí estaba atracado nuestro barco MSC SPLENDIDA. Los barcos de crucero de última generación son verdaderas ciudades flotantes y si bien ya habíamos hecho otros cruceros teníamos cierta "prevención" en cuanto a su tamaño y cantidad de pasajeros.
El proceso de embarque se realizó de forma rápida e impecable. Nuestro primer contacto con el barco fue muy grato al entrar en una recepción decorada de forma espectacular con escaleras de cristal y ascensores panorámicos.
Menos fácil resultó encontrar los camarotes en un barco de 16 cubiertas y más de 3.500 pasajeros.
Una vez instalados, subimos a cubierta para ver la salida del puerto .
Empezaba a atardecer, Barcelona se hacía cada vez más pequeña y una estela blanca se habría paso en el mar.
A la mañana siguiente nos esperaba Marsella.
Ramblas |
La Pedrera |
Casa Batlló |
Catedral |
Plaza Real |
Sagrada Familia |
MSC SPLENDIDA |
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