domingo, 7 de diciembre de 2014

Una reflexión en el Malecón de La Habana

Hace algunos años tuve la suerte de visitar Cuba. La isla es uno de esos países en los que uno se siente como en casa, tal vez por aquello de la Historia común y la "Madre Patria", pero lo cierto es que la visita de La Habana no sólo me dejó huella por la belleza de la ciudad  y su malecón en constante reconstrucción , sino también por el carácter de los habaneros.

Caía el sol mientras paseábamos por allí ,cuando entablamos conversación con un lugareño que pasaba la tarde acompañado de una botella de ron y un gran radiocassette en el que sonaban son cubano,cha cha cha y danzón.

Nuestra pinta de "gallegos" (por aquello de la inmigración en latinoamérica todos los españoles somos gallegos) nos delataba. En aquella época las noticias del exterior todavía llegaban a cuentagotas y la avidez por tener información hacía que nos bombardearan con todo  tipo de preguntas acerca de nuestra forma de vida , nuestros trabajos, nuestras ilusiones.

En un momento de la conversación al expresar nuestra admiración por la ciudad y el malecón y habiendo interiorizado los pormenores de nuestra forma de vida en España, nos dijo:

- "Sí, pero ustedes trabajan todo el año como borricos para venir aquí 15 días , y yo trabajo 15 días al año y disfruto el resto con mi música y mi ron ".

La respuesta nos pareció aplastante. Visto así , parecía que la balanza se inclinaba a su favor. Entonces vino a mi mente frase de que : "no es más rico el que más tiene sino el que menos necesita".

El problema es que nosotros somos conscientes de que "necesitamos mucho más que ellos".







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