miércoles, 8 de octubre de 2014

IV Nápoles: la ciudad de las mil caras con un pasado común.

Nápoles y su entorno siempre levantan pasiones y controversias.

A pesar de que el verano no es la mejor época para visitar la ciudad debido a su excesivo calor ,la comodidad de llegar por mar y la belleza de la experiencia de divisar el golfo de Nápoles y el Vesubio merecen soportar el inconveniente.

Nada más dejar el barco aparece ante nosotros el Castell Nuovo  escenario de una historia común cuando Nápoles y Sicilia pertenencían a la corona de Aragón y la Piazza del Plebiscito  con el Palacio Real y la Basílica de San Francisco de Paula.

Aunque el marco es de un gran atractivo  y se rodea de calles tan importantes cono Via Toledo y Vía Chiaia , se echa en falta un poco más de limpieza y mantenimiento. Este es el "estigma de Nápoles", la eterna suciedad y el caos en el tráfico, que hacen que el viajero se sienta algo decepcionado en su primera visita. Sin embargo, la ciudad atrapa al visitante y poco a poco se deja descubrir. Los napolitanos se empeñan en ocultarla pero al fin acabamos  redescubriéndola y una y mil veces nos sorprende.   

A escasos metros de la Piazza del Plebiscito, encontramos la galería Humberto I que nos recuerda a la de Vittorio Emmanuelle de Milán, con sus grandes tiendas y restaurantes y el Teatro San Carlo . La vía Chiaia nos transporta al mundo de lujo de las tiendas de las grandes marcas italianas .

Al principio de la vía Toledo calle comercial por excelencia, encontramos el café Gambrinus  con la elegancia y majestuosidad de los grandes cafés de Europa. Seguimos el recorrido y nos vamos encontrando por un lado con el "Barrio Español"  con sus típicos altares en las esquinas con fotos de seres queridos, santos y flores de plástico que muestran el verdadero carácter napolitano, su ropa tendida en los balcones y también con los palazzos de las antiguas familias nobles.

Para los amantes de la arquitectura  Nápoles ofrece buenos ejemplos de la expansión de la ciudad en la época de Mussolini con una arquitectura racionalista que perdura hoy en día.

 Nápoles es también historia, Pompeya y Herculano, paisaje en su costa Amalfitana y el eterno recuerdo de las películas de Sofía Loren y Vittorio de Sica. El Palacio de Caserta nos recuerda al rey español Carlos III , quien nos trajo a España la tradición de los belenes en Navidad.

Pero si hay algo que no podemos dejar de hacer es comernos una pizza en una pizzeria típica como "Da Michele" que desde 1870 elabora sus famosas pizzas Margherita y Marinara para deleite de todos los turistas del mundo que la visitamos.

Empieza a ponerse el sol, nuestro barco zarpa hacia nuestra próxima escala en Sicilia y el Vesubio se hace cada vez más pequeño. Ha sido nuestra tercera visita a Nápoles pero seguro que no será la última. 


CASTELL NUOVO

PIAZZA PLEBISCITO

BARRIO ESPAÑOL

GOLFO DE NAPOLES

GALERIA HUMBERTO  I

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